Tiempo atrás, en una entrada previa de este blog (consulte aquí ), me enfocaba a describir una apuesta desde la ingeniería biomédica sobre estrategias para materializar procesos de innovación. En aquel entonces basaba mi descripción en tres argumentos:
No se puede hablar de innovación en salud sin investigación que permita marcar un antecedente clínico.
La investigación aplicada debe estar enfocada hacia la transferencia de conocimiento, desde los documentos científicos hasta los procesos institucionales.
Que la medicina basada en la evidencia es la herramienta para llevar el rigor científico al ambiente hospitalario.
De una forma muy general, buscaba describir, desde la ingeniería biomédica, los pilares que sostienen el desarrollo mediante la innovación con un grado significativo de calidad, en busca de impactar a la práctica clínica. No obstante, desde que se inició este blog en el 2014, no tenía herramientas suficientes para referirme sobre un proceso efectivo de materialización de la innovación en instituciones prestadoras de salud, hasta que en el 2015 y gracias a una visita realizada por el Little Devices Lab y el Medical Innovation Center, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en el marco de una actividad desarrollada por la Universidad EIA, en Medellín, Colombia, pude conocer sobre una interesante iniciativa norteamericana llamada ‘MakerHealth', tema que se trató en la entrada del blog ‘Hechos a la medida para necesidades a la medida' (consulte aquí).
‘MakerHealth' es una estrategia que plantea la puesta de espacios intrahospitalarios para que el personal asistencial, con el apoyo de un técnico en ingeniería, desarrollen sus propias tecnologías; un ejemplo de éstas es la ducha para pacientes con quemaduras cutáneas, un dispositivo bastante funcional (ver figura 1). El dispositivo fue un desarrollo hospitalario concebido por el personal de enfermería del Hospital de la Universidad de Texas, gracias a un espacio dotado con las herramientas de prototipado rápido y la metodología necesarias, como el ‘Design Thinking'.
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Es entonces cuando la cuestión radica en cómo lograr una adaptación latinoamericana para materializar los procesos de innovación. La estrategia Makerhealth es efectiva, pero tiene que pasar por ciertos ajustes para adaptarse a nuestro contexto, que tiene diferencias bastante marcadas con Norteamérica.
Una propuesta es no dejar todo el desarrollo en manos del personal asistencial puesto que sus tiempos son reducidos, dado que hay una gran carga asistencial dirigida a la atención de pacientes, enseñanza de futuros colegas y auditorías; la idea es acompañar al personal de la salud con profesionales formados en el área de ingeniería. Bajo esta premisa se plantea el concepto de laboratorio de cocreación (consulte el concepto aquí), que implica la constitución de un espacio de prototipado rápido multidisciplinario (ver figura 2) para generar conceptos de solución a problemas concretos de instituciones hospitalarias, que se adapten de manera apropiada a su realidad.
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La implementación de laboratorios de cocreación (consulte un ejemplo aquí) en el ámbito hospitalario puede ser una fuente importante de materialización de capacidades de innovación. Actualmente el Hospital General de Medellín, institución pública del orden municipal en el departamento de Antioquia, apostó por la implementación de este modelo como la estrategia para materializar sus procesos de innovación, con el acompañamiento de las Universidades CES y EIA, quienes brindan capacidades desde el área de ingeniería para fortalecer el proceso.
Por estas razones se plantea la estrategia de cocreación como la forma para materializar las capacidades de innovación en el sector de salud colombiano. ¿Qué opina?