Declaración de Lima: el SOS a la atención del dolor crónico en Latinoamérica
Declaración de Lima: el SOS a la atención del dolor crónico en Latinoamérica
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El acceso a tratamientos y la formación de la comunidad médica son prioridades en la atención del dolor crónico, que aqueja entre el 27% y 42% de personas en Latinoamérica.
En el marco del XIV Congreso Latinoamericano de Dolor, se firmó la Declaración de Lima sobre Dolor Crónico por 14 asociaciones latinoamericanas que trabajan de cerca con este tema. Un llamado a la atención del dolor crónico, que hoy se hace más vigente ante un panorama desalentador.
El dolor crónico es una experiencia personal y subjetiva, comúnmente invisible para quien no la padece, y la falta de formación en el manejo del dolor es uno de los principales factores que interfieren en el tratamiento de esta enfermedad.
Por lo anterior, el documento, además de llamar la atención de los gobiernos sobre un asunto que aqueja entre el 27% y 42% de personas en Latinoamérica, de acuerdo con la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor (FEDELAT), tiene como objetivo generar conciencia sobre su clasificación como enfermedad en sí misma y el grave problema de salud pública que representa.
¿Qué dice la Declaración de Lima sobre Dolor Crónico?
La Declaración de Lima se basa en el trabajo previo realizado por la Red Iberoamericana para el Estudio del Dolor Crónico Infanto-Juvenil y busca satisfacer las necesidades y demandas de todos los involucrados en el estudio y tratamiento del dolor.
Este documento es indispensable tanto para el gremio médico como para los pacientes que padecen de dolor crónico, ya que se enfoca en fomentar un espacio de colaboración en el que asociaciones de pacientes, investigadores, clínicos, miembros de la industria y legisladores puedan unirse para mejorar la situación del tratamiento del dolor infantil en la región iberoamericana y en todo el mundo. Así, se estableció el siguiente decálogo de compromisos:
- El dolor debe ser conceptualizado como una patología transversal y no como un mero síntoma asociado a otra patología, particularmente en el caso del dolor crónico.
- El dolor es una experiencia de naturaleza biopsicosocial y, por su complejidad, precisa de una atención interdisciplinar, no solo médica.
- Los niños y jóvenes con dolor tienen derecho a que se les reconozca su dolor y a no ser estigmatizados por ello.
- El tratamiento del dolor es un derecho inalienable. Los niños y jóvenes con dolor tienen derecho a acceder al mejor tratamiento posible ejecutado por profesionales expertos. No facilitar el acceso al tratamiento del dolor a la población infantil y juvenil provoca un sufrimiento adicional innecesario, además de ser discriminatorio y éticamente reprobable.
- Para que esto sea posible, es preciso que el dolor infantil importe y que todos los agentes implicados en facilitar su tratamiento se sientan obligados a tomar las acciones encaminadas a hacerlo viable.
- Considerando el alcance de los límites legales de su competencia y autoridad, sería obligación de los gobiernos nacionales: (1) redactar leyes y planes que promuevan programas educativos dirigidos a los profesionales sanitarios que incluyan, entre otros aspectos, el manejo del dolor; (2) facilitar el acceso a los jóvenes con dolor al mejor tratamiento posible; (3) ejecutar programas para sensibilizar y educar a la población sobre el dolor infantil y su tratamiento; y (4) aportar recursos para dotar adecuadamente la investigación sobre el dolor infantil.
- Considerando el alcance de los límites legales de su competencia y autoridad, sería obligación de las instituciones sanitarias habilitar los sistemas que promuevan el acceso a los jóvenes con dolor al mejor tratamiento posible.
- Considerando las exigencias legales y deontológicas de la práctica profesional y los recursos disponibles, sería obligación de los profesionales sanitarios administrar el mejor tratamiento con base en los conocimientos disponibles.
- Considerando el alcance de los límites legales de su competencia y autoridad, sería obligación de las sociedades científicas y profesionales asegurar que sus congresos y jornadas incluyen contenidos específicos sobre dolor infantil para facilitar la formación y actualización de conocimientos de investigadores y clínicos dedicados al estudio y tratamiento del dolor infantil.
- La voz de los niños y adolescentes con dolor y de sus familiares tiene un valor extraordinario, es una herramienta clave para avanzar. Sus posiciones deberían ser escuchadas e incorporadas en la elaboración de leyes, programas de formación, campañas de sensibilización, fomento de la investigación y planificación de congresos científicos. Nada de lo que se proponga para avanzar debería ser hecho a espaldas de o sin contar con la colaboración de quienes viven el problema en primera persona.
Para el Dr. Jordi Miró, director de la Cátedra de Dolor Infantil de la Universitat Rovira i Virgili (URV) – Fundación Grünenthal, “la Declaración de Lima nos permite llamar la atención de todos los actores de la región iberoamericana para tomar al dolor infanto-juvenil como un problema relevante. Esperamos que esta sea una herramienta que impulse acciones en favor del bienestar de los niños, y que su sentir y sufrimiento deje de ser invisibilizado”.
Aunque a partir de este documento se estipula un compromiso por atender este padecimiento, los especialistas firmantes de la Declaración de Lima subrayan que los diversos contextos y deficiencias en el sector salud que enfrentan los países latinoamericanos dificultan la aplicación de los parámetros establecidos en la nueva edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11).
Marco Narváez, presidente de FEDELAT, indicó que “en la región son insuficientes el número de unidades para el tratamiento del dolor y de profesionales de la salud capacitados, así como la falta de recursos asignados a programas de educación médica, son las principales barreras que impiden la adecuada atención del dolor crónico”.
Bajo este contexto, la declaración busca poner en agenda iniciativas que contribuyan a la formulación de soluciones sostenibles, e insta a la participación articulada de gobiernos, asociaciones médicas, instituciones educativas y el sector privado.
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¿CÓMO VA EL DOLOR CRÓNICO EN LATINOAMÉRICA?
El dolor crónico es un problema de salud pública importante en Latinoamérica, debido a que un gran número de pacientes en la región no reciben el tratamiento adecuado por la falta de recursos. A esta situación se suma la falta de conocimiento entre los profesionales de la salud. Además, existe un estigma asociado al dolor crónico en muchas culturas latinoamericanas, lo que puede dificultar que las personas que lo padecen busquen ayuda.
“La realidad en Latinoamérica es el subtratamiento del dolor, tenemos pocos medicamentos disponibles y los pacientes no tienen acceso a los tratamientos adecuados. Enfrentamos un desafío enorme que amerita un genuino compromiso para aliviar el sufrimiento de millones de personas que viven con dolor”, aseguró el Dr. João Batista García, presidente de la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor.
En línea con ello, es necesario dar una revisión sobre el impacto de este padecimiento en diferentes países de la región:
México
Según los más recientes datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, el 27.1% de la población mexicana adulta reportó dolor crónico, lo que significa que aproximadamente 1 de cada 4 adultos mexicanos sufre de este padecimiento.
Sumado a esto, de acuerdo a estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geofrafía (INGEGI), tan solo de este universo de pacientes el 14% recibe tratamientos para su dolor crónico.
Aunque se están realizando esfuerzos para abordar el problema del dolor crónico en México, todavía hay mucho por hacer para mejorar la atención médica y la prevención del dolor crónico.
El llamado que hace la Asociación Mexicana para el Estudio y Tratamiento del Dolor (AMETD), es a crear en sinergia un conocimiento completo de este padecimiento, además de brindar accesibilidad a tratamientos.
“Se debe crear conciencia sobre la necesidad de establecer programas para el manejo del dolor y el acceso a tratamientos, involucrando a médicos, pacientes y autoridades que diseñan políticas públicas para el adecuado manejo de los pacientes que padecen de dolor crónico”, afirmó la Dra. Sandra Gaspar, presidenta de AMETD.
Colombia
En Colombia, según estimaciones de la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor Crónico, 1 de cada 3 colombianos padece de esta epidemia silenciosa, es decir, más de 15 millones de personas. Además, es una enfermedad que se potenció a raíz de la pandemia y que tiene su principal causa en dolor lumbar crónico.
Felipe Mejía, presidente de la ACED, explicó que en la declaración de Lima 22 especialistas de 14 países, entre ellos Colombia, llegaron a un acuerdo respecto a la denominación del dolor, las causantes de dolor y las posibilidades de tratamiento, con el fin de ilustrar a todo el personal médico que asiste a los pacientes en Latinoamérica y el país no es la excepción.
“Colombia es un país abanderado en el manejo del dolor gracias a su sociedad científica y, de esta manera, ha podido incursionar y llegar a más población médica con el fin de caracterizar adecuadamente su manejo y diagnóstico”, dijo y al tiempo que con el documento la población médica del país podrá ahondar más al tema con el fin de hacer un adecuado manejo del dolor.
Mejía también indicó que el dolor, además de ser un tema que merma la calidad de vida de las personas que lo padecen, también afecta a su círculo familiar cercano. Además, estima que entre el 5 y 30% de las personas que tienen dolor renuncian a sus trabajos o se jubilan prematuramente, lo que también genera una carga importante para el Estado.
“El dolor lumbar crónico es la principal causa de incapacidades en Colombia y en varios países del mundo. Hoy, podrían representar el 20% del total de las mismas y por esta causa hay pacientes que pueden tener de tres a seis meses de inactividad”, comentó.
Chile
Según datos del Ministerio de Salud de Chile, se estima que el 27% de la población adulta chilena sufre de dolor crónico, el cual, de acuerdo a la Asociación Chilena del Dolor (ACHED) está asociado a seis patologías principales, como lumbago, osteoartrosis de rodilla, dolor de hombro, osteoartritis de cadera, fibromialgia y dolor miofascial.
Incluso, el impacto de este padecimiento permea la economía del país, pues de acuerdo a la ACHED, al Gobierno le cuesta al rededor de 550 mil millones de pesos el dolor crónico en su población en sus diferentes tipos.
La pandemia del covid-19 también impulsó el crecimiento de la cifra de pacientes, ya que un 7,5% de personas contagiadas tuvo dolor crónico después de superar la etapa crítica del virus, según el Departamento de Rehabilitación del Ministerio de Salud.
Argentina
Según el más reciente estudio realizado por la Sociedad Argentina para el Estudio del Dolor (SAED), se estima que entre el 20% y el 30% de la población argentina sufre de dolor crónico.
En Argentina, existen varias opciones de tratamiento disponibles para las personas que sufren de dolor crónico, incluyendo medicamentos, terapia física y ocupacional, psicoterapia y otros enfoques de medicina alternativa. Sin embargo, el acceso a estos tratamientos puede ser limitado para algunas personas, especialmente aquellas que viven en áreas remotas o que tienen dificultades financieras.
Perú y Ecuador
Según un estudio realizado por la Sociedad Peruana del Dolor, el dolor crónico afecta alrededor del 27% de la población peruana. Los pacientes con este padecimiento se ven afectados debido a que el dolor crónico es percibido como un síntoma y existe una tendencia importante hacia la automedicación.
Respecto a pacientes de Ecuador, el dolor crónico afecta alrededor del 30 % de la población, de acuerdo a Sociedad Ecuatoriana del Dolor y la Sociedad Internacional para el Estudio del Dolor.
Mario Paz Mazón de Sociedad Ecuatoriana para el Estudio y Tratamiento del Dolor Crónico (SEETD), “todo médico debe estar involucrado y empoderado en la evaluación, diagnóstico y tratamiento del dolor crónico en su primera fase”.
¿Cuáles son los tipos de dolor crónico?
Existen diferentes tipos de dolor crónico, que pueden ser clasificados según su origen, duración y características. Algunos de los tipos más comunes son:
- Dolor nociceptivo: es el dolor que se produce como resultado de un daño en los tejidos del cuerpo, como en el caso de una lesión o inflamación. Este tipo de dolor puede ser agudo o crónico, y se puede describir como punzante, ardiente o pulsátil.
- Dolor neuropático: se produce cuando hay una lesión o disfunción en el sistema nervioso, y se caracteriza por una sensación de quemazón, hormigueo o entumecimiento. El dolor neuropático puede ser difícil de tratar y puede ser crónico.
- Dolor visceral: se produce cuando los órganos internos del cuerpo están lesionados o inflamados, y puede ser descrito como una sensación de presión, hinchazón o dolor sordo.
- Dolor de cabeza: puede ser causado por diferentes factores como tensiones musculares, problemas cervicales, migrañas, entre otros.
- Dolor musculoesquelético: se produce como resultado de una lesión o daño en los músculos, huesos, tendones o ligamentos. Puede ser agudo o crónico y se caracteriza por una sensación de dolor constante o recurrente.
- Dolor oncológico: se produce como resultado del cáncer o de los tratamientos utilizados para combatirlo. El dolor crónico oncológico puede ser causado por el tumor en sí, o por la inflamación o lesiones que este puede producir en los tejidos circundantes.
¿Cómo hacer un diagnóstico adecuado para el dolor crónico?
El diagnóstico adecuado del dolor crónico requiere una evaluación exhaustiva del paciente, incluyendo una revisión de su historial médico, examen físico y una evaluación del dolor y sus características.
A continuación, le presentamos algunos pasos para un buen manejo de este padecimiento:
- Revisión de la historia clínica: es importante recopilar información detallada sobre la historia médica del paciente, incluyendo su historial de enfermedades, lesiones o cirugías previas, así como los tratamientos que ha recibido para el dolor crónico. También es importante conocer los antecedentes familiares de dolor crónico y otros problemas de salud.
- Evaluación del dolor: es importante evaluar el dolor y sus características, incluyendo la ubicación, intensidad, duración y tipo de dolor que se experimenta. El dolor crónico puede ser descrito como punzante, ardiente, pulsátil, entre otros. Además, es importante conocer si el dolor está relacionado con alguna actividad o evento específico.
- Examen físico: se debe realizar un examen físico completo del paciente para detectar cualquier signo de enfermedad o lesión que pueda estar causando el dolor crónico.
- Pruebas de diagnóstico: pueden ser necesarias pruebas adicionales, como radiografías, tomografías, resonancias magnéticas o análisis de sangre, para ayudar a determinar la causa del dolor crónico.
- Evaluación multidisciplinaria: se puede requerir la evaluación de diferentes especialistas, como médicos, fisioterapeutas, psicólogos y otros especialistas según la necesidad.
Dispositivos e instrumentos médicos para el manejo del dolor crónico
Existen diferentes dispositivos o instrumentos médicos que pueden ser utilizados para el tratamiento del dolor crónico. Entre ellos:
- Estimulador nervioso: también conocidos como electrodos de estimulación medular, envía impulsos eléctricos a través de los nervios para bloquear la señal de dolor que se envía al cerebro.
- Bomba de analgesia intratecal: este dispositivo libera medicamentos directamente en el fluido que rodea la médula espinal para aliviar el dolor crónico.
- Implantes de electrodos espinales: estos dispositivos se colocan debajo de la piel y envían impulsos eléctricos a la médula espinal para bloquear la señal de dolor que se envía al cerebro.
- Bloqueos nerviosos: esta técnica implica la inyección de anestésicos o esteroides en los nervios afectados para aliviar el dolor crónico.
- Transcutaneous electrical nerve stimulation (TENS): este dispositivo aplica corriente eléctrica a través de los electrodos colocados en la piel para estimular los nervios y aliviar el dolor crónico.
- Masaje terapéutico: los masajes pueden ayudar a aliviar el dolor crónico, reducir la inflamación y mejorar la circulación sanguínea.
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