El uso estratégico y efectivo de los sistemas de información tecnológica en el sector de la salud se ha convertido en un componente fundamental para soportar la prestación de servicios asistenciales con calidad y seguridad en los pacientes. La ingeniería clínica y las tecnologías de la información ofrecen nuevas oportunidades para la transformación de la atención médica a través de procesos de reingeniería que buscan implementar soluciones novedosas que permitan ahorrar costos, minimizar los riesgos durante la atención y facilitar el acceso a información de calidad en tiempo real.
Entre las tecnologías que más aportan al logro de estos objetivos están aquellas que incorporan el uso de trasmisión y localización a través de ondas de radio en tiempo real. La identificación por radiofrecuencia (RFID, por sus siglas en inglés) es un medio para almacenar y recuperar datos mediante transmisión electromagnética utilizando un dispositivo compatible con frecuencias de radio que van desde los 100 KHz hasta los 960 MHz. Esta tecnología es capaz de identificar miles de artículos etiquetados por segundo, llamados tag, mediante transmisión de información inalámbrica.
La primera vez que se utilizó RFID fue durante la primera guerra mundial, para esa época los dispositivos se instalaban en los aviones militares para identificar su posición con mayor precisión y así diferenciarlos de los enemigos. Con el tiempo, esta tecnología permeó en aplicaciones comerciales, tradicionalmente usada para controlar inventarios de productos en almacenes de cadena y en aplicaciones de rastreo de activos durante la manufactura o la distribución, entre otros.Â
Uno de los primeros sistemas adoptados por los hospitales fueron los lectores de códigos de barras, siendo una tecnología que se generalizó rápidamente en muchas instituciones de salud. Sin embargo, sus limitaciones en la cadena de suministro de atención médica han llevado a que los hospitales busquen otras alternativas que ofrezcan mejores beneficios. Actualmente, los códigos de barras y las tecnologías similares se están reemplazando por tags basados en RFID, extendiendo su uso para administrar los dispositivos y medicamentos en el cuidado de la salud buscando así mejorar la eficiencia en el despacho, reducir errores en la administración y controlar el nivel de inventario.
En la actualidad la RFID se aplica para realizar trazabilidad, comunicación, identificación, ubicación de activos y personas en tiempo real. Lo anterior permite evitar la falsificación de medicamentos, ahorrar tiempo a las enfermeras en la localización de dispositivos, identificar el uso insuficiente o excesivo de estos, reducir errores médicos en pruebas de laboratorio e incluso gestionar con mayor precisión los productos de los bancos de sangre.
En la tabla 1 se describen las aplicaciones más comunes y su potencial uso en las instituciones de salud para Latinoamérica:
Aplicación |
Descripción y objetivos |
Autor |
Trazabilidad del paciente |
Aplicación de trazabilidad desde la llegada del paciente hasta el alta, considerando productos farmacéuticos prescritos y administrados. El beneficio es significativo para reducir la ocurrencia de eventos adversos. |
(Martinez Perez et al., 2012) |
El sistema RFID está integrado con el sistema HIS para aumentar la eficiencia del flujo de trabajo y reducir el tiempo de espera del paciente. |
(Fosso Wamba et al., 2013) (Kim et al., 2010) |
Prevenir eventos adversos y detectar rápidamente las condiciones potencialmente peligrosas a través de una visión más completa del estado del paciente. |
(Zappia et al., 2014) |
Gestión de riesgos |
Prevenir los cinco tipos de errores más comunes en la medicación: paciente incorrecto, medicación incorrecta, hora incorrecta, dosis incorrecta y ruta incorrecta. |
(Alabdulhafith & Sampalli, 2014) |
Integrar sistemas de RFID con el teléfono celular y convertirse en una interfaz que genere alertas en tiempo real. |
(Adame et al., 2018) |
Trazabilidad y evaluación de pacientes |
Proporcionar control de los pacientes dentro de un hospital mientras estos usan una pulsera equipada con diferentes sensores de signos vitales y un transmisor de radiofrecuencia. |
|
Ayudar a los cuidadores a evaluar el estado de salud de los pacientes monitoreados mediante la interpretación de su rutina diaria en una vida asistida. |
(Shukri & Kamarudin, 2017) |
Tabla1. Aplicaciones más comunes de los sistemas RFID en los hospitales. Fuente: Ing. Javier Camacho.
Un sistema RFID comprende típicamente los siguientes componentes:
Dispositivo RFID (Tag): es electrónico y usado para almacenar la información. Cada tag RFID contiene un chip de circuito integrado y una antena encapsulada en un embalaje adecuado. Un tag se adjunta o incrusta en un objeto con un número de identificación único y en su memoria se almacenan datos del producto tales como fabricante, tipo de producto, entre otra información ambiental relacionada. Los tags están disponibles en una amplia variedad de formas, tamaños y carcasas de protección. Algunos tags están encapsulados en paquetes del tamaño de una tarjeta de crédito, otros son para uso en entornos hostiles como las aplicaciones de seguimiento de contenedores. Los dispositivos más pequeños disponibles comercialmente miden 0,4 _ 0,4 mm y son más delgados que una hoja de papel.
Lector o interrogador de tags con antena y transceptor: este componente se utiliza para recopilar toda la información almacenada en un tag. El lector RFID consiste en un decodificador que por medio de una antena transmite y recibe las ondas de radiofrecuencia que transportan, detectando y monitoreando así sus movimientos. El lector RFID puede leer y / o escribir datos en los tags, leer los códigos de identificación de aquellos tags cercanos y asignar códigos nuevos a través de una base de datos o servicio externo. Actualmente existen sistemas que combinan RFID y redes de sensores inalámbricos (WSN, por sus siglas en inglés) aplicados directamente en entornos de atención médica. En el mercado se pueden encontrar diferentes soluciones que utilizan tecnologías WSN tales como IEEE 802.15.4, ZigBee e incluso WiFi o Bluetooth.
Sistemas de servidores: se utiliza para administrar los datos recibidos y las operaciones del lector y el tag. De hecho, el software gestiona la información en la base de datos; También puede contener los detalles de los tags y los lectores. Toda la información se envía a un servidor RFID para garantizar la comunicación entre la infraestructura RFID y los diferentes sistemas intra e interorganizacionales.
En general, los tags RFID se clasifican en tres categorías:
Pasivos: esta etiqueta no tiene fuente de alimentación interna; se activan cuando están dentro del rango de un lector RFID. Esta etiqueta se comunica con el lector mediante la dispersión de la señal del portador recibida de un lector que utiliza una estructura de resonancia electromagnética. De este modo, el tag se activa y refleja de nuevo la información almacenada en el chip, a través de las imágenes de portador que recibe de un lector. Los sistemas pasivos tienen un tamaño más pequeño, son más ligeros y de bajo costo con vida ilimitada. A pesar de esto, tienen funcionalidades muy limitadas, por ejemplo, no pueden transmitir sus propias ondas de radio, y su capacidad de almacenamiento de información y de computación son limitadas y tienen un rango de lectura más corto (0.6 a 3 metros).
Activos: estos tags se alimentan con una batería integrada y, por lo tanto, siempre están emitiendo señales que les permiten comunicarse con el lector en cualquier momento. Estas etiquetas proporcionan instalaciones de lectura / escritura con un rango más alto, aproximadamente 90 metros. Son voluminosos y más costosos que los pasivos debido a la batería incorporada. El uso de una batería pone un límite a la vida útil del dispositivo, aunque con la tecnología actual de la batería puede ser de hasta 10 años.
Semi pasivos: este tipo de tags tienen una batería que se usa solo para energizar los circuitos internos. A diferencia de la etiqueta activa, utilizan el campo electromagnético generado por el lector para la comunicación. La batería permanece inactiva hasta que se activa por una señal de un lector. Este mecanismo ahorra energía de la batería y aumenta la vida útil del dispositivo.
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La tecnología RFID y su implementación estratégica puede mejorar la identificación, el seguimiento y el rastreo del paciente dentro de la cadena de valor de la atención médica. Foto: Fotolia - ©BillionPhotos.com.
Sin lugar a duda, con la tecnología RFID y su implementación estratégica puede mejorar la identificación, el seguimiento y el rastreo del paciente dentro de la cadena de valor de la atención médica. Este tipo de solución ofrece nuevas formas y métodos para reducir los errores en la atención al paciente, incluido el manejo de alergias, prevenir y controlar los efectos adversos de los dispositivos médicos y de los medicamentos, los desajustes entre el paciente y la medicación, así como los errores en la dosis de los medicamentos.
Todas estas nuevas capacidades habilitadas por la tecnología RFID y sus usos correctos facilitan la creación de nuevo valor en el servicio de salud y fomentan una mejor gestión de los activos de salud críticos al permitir la identificación, el seguimiento y el rastreo en tiempo real.