Teniendo en cuenta la velocidad con la que se desarrollaron las vacunas contra el Covid, ¿por qué es no es fácil crear inoculaciones para la malaria?

Las vacunas son unas de las grandes necesidades de la medicina moderna, aún más cuando el mundo acaba de pasar por una fuerte pandemia, provocada por el nuevo coronavirus. Por las condiciones que el Covid impuso sobre la la sociedad y la economía, un desarrollo considerablemente rápido y eficiente de vacunas en su contra se dio por medio de la colaboración de laboratorios privados y gobiernos en todo el mundo.

Gracias a este desarrollo óptimo, el mundo pudo superar rápidamente la pandemia. No obstante, si la unión de todos estos actores permitió una solución eficiente para esta problemática, ¿por qué no sucede igual con otras enfermedades, como la malaria? La respuesta radica en la causa de ambas enfermedades. El Covid-19 es causado por un virus, mientras que la malaria es producto de un parásito: el Plasmodium.

El biólogo Juan Camilo Sánchez, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), señaló en el programa de esa misma institución Natural...mente que “los parásitos son organismos más complejos, tienen un núcleo celular definido (eucariotas), lo que los hace más parecidos a las células humanas y son más grandes, lo cual permite que tengan más proteínas en su estructura, como antígenos que pueden reconocer el sistema inmune”. “Hasta el momento solo hay una vacuna contra parásitos licenciada para para uso humano, contra la malaria, pero esta tiene alrededor del 30 % de efectividad”, explica.

Sin embargo, la Universidad de Oxford llevó a cabo un ensayo de una vacuna contra la malaria en África en 2021 cuyos resultados mostraron que de 800.000 niños con paludismo, el otro nombre de esta enfermedad, se mostró un 77 % de efectividad y redujo los casos graves en un 30 %. Cabe tener en cuenta que la malaria mata anualmente 500 mil personas en el mundo, sobre todo en países ecuatoriales como Colombia.

La razón por la que es difícil dar con una vacuna efectiva es que no existe el mismo interés en el mundo por tratar la malaria que como sucedió con el nuevo coronavirus. “En la pandemia por COVID-19 el mundo volcó su interés hacia esta enfermedad, por lo que hubo resultados impresionantes como desarrollar una vacuna en un año, lo que antes hubiera tardado 4 o 5 años; así se deberían encaminar los esfuerzos para encontrar la receta con la que se creen vacunas para los parásitos como la malaria”, señala Sánchez.

Debido a que, a diferencia del Covid, la malaria no afecta a gran escala la productividad de la sociedad, los esfuerzos por desarrollar una vacuna no son tan intensos. "Aunque estas enfermedades no llevan inmediatamente a la muerte, sí generan un impacto negativo en las personas, por ejemplo, pueden infectar poblaciones vulnerables en áreas rurales, que deben dejar de ir a trabajar y pierden la capacidad productiva, lo cual es un golpe fuerte al rubro económico”, asevera el biólogo.