Según el protocolo definido en cada institución médica, las imágenes de tórax para detectar este nuevo coronavirus se realizan por medio de radiografía, TAC o ultrasonido. Sin embargo, la preferencia por cada metodología ha generado controversia entre la comunidad médica, particularmente en la técnica por ultrasonido.
Independientemente de los síntomas y de los hallazgos en radiografía de tórax, la cual se usa como segunda línea de estudios para confirmar o descartar infección por COVID-19, el diagnóstico de la enfermedad por el virus SARS-CoV-2 se hace principalmente por la técnica de laboratorio PCR según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
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Según la Dra. Liliana Arias Álvarez, Médico Radiólogo del Hospital Universitario San Ignacio, debido a las demoras de los resultados por pruebas PCR que se presentaron especialmente al inicio de la pandemia, la toma de decisiones para el tratamiento de estos pacientes con sospecha de Covid-19 han sido fundamentadas en las imágenes diagnósticas realizadas con radiografía de tórax principalmente. "El valor de las imágenes está relacionado con la generación de resultados que produzcan una acción clínica", dijo la Dra. Arias.
Entre los aspectos a tener en cuenta para determinar el uso de uno u otro estudio, estan:
- Tener infección por COVID-19, no necesariamente quiere decir que es neumonía por COVID-19.
- Si el paciente no tiene criterios clínicos de severidad, no ameritaría una tomografía de tórax.
- Independiente de la pandemia, a todo paciente que tiene sospecha de neumonía, debe realizarse una radiografía de tórax.
- El grado de la infección es importante si el paciente está en la primera semana, porque pueden haber falsos negativos y eso requerirá repetir la muestra por PCR.
De acuerdo con las recomendaciones de las guías internacionales y a los hallazgos en imágenes diagnósticas practicadas en su área de trabajo para diferentes casos de infecciones respiratorias, durante la pandemia, la especialista explicó las diferencias y bondades entre cada estudio para ayudar en la toma de decisiones.
Uso de rayos X
Cuando hay sospecha de neumonía, se recomienda una radiografía de tórax. Lo que recomienda la mayoría de las guías (británicas y norteamericanas) es que la radiografía de tórax sea portátil, pero no es una camisa de fuerza y depende de las estrategias que haya tomado cada institución para la adquisición de las imágenes en este grupo de pacientes. En algunos hospitales se han puesto cabinas específicas para realizar estas imágenes y no son necesariamente portátiles.
Si un paciente con infección de COVID-19 evoluciona satisfactoriamente, se va para la casa sin una radiografía de control. Pero en pacientes que tengan signos o síntomas de deterioro clínico se hace seguimiento idealmente con radiografía de tórax, para evaluar si existe progresión de las opacidades.
Uso de tomografía
Para detectar neumonía en pacientes asintomáticos, "probablemente la radiografía no tendría ningún valor", dice la radióloga Arias, porque los hallazgos podrían ser tan sutiles que no se verían en una radiografía de tórax y ahí la TAC sí es muy relevante dada su alta sensibilidad.
Gracias a un mejor desempeño tanto para la detección, como para la caracterización de las alteraciones, la TAC es recomendable en pacientes con sospecha de neumonía grave. "Siempre se requerirá una tomografía cuando consideremos que ese estudio nos va a dar información útil en la conducta terapéutica", afirma Arias.
Uso de ultrasonido
Cabe señalar que las guías norteamericanas, ni las británicas, consideran viable el ultrasonido en la detección o seguimiento de pacientes confirmados con infección de COVID-19. No obstante, esta es una de las técnicas que ha generado controversia en la comunidad médica internacional y que, en los especialistas de cuidados intensivos o urgencias, genera dudas en su uso. Esto debido a que en Italia han sugerido el uso de ultrasonido en pulmones como una buena herramienta potencial para el diagnóstico de COVID-19.
Además, se debe considerar que existe mayor riesgo de contagio al personal médico, debido a que tiene que estar cerca a los pacientes para realizar la ecografía. "Aunque algunos grupos de expertos dicen que logran hacer el estudio en siete minutos, realmente una ecografía de tórax puede ser mucho más larga y puede no diferenciar vidrio o hacer una valoración propia de la extensión de la enfermedad", expresó la especialista Arias.