¿Podrían las hormonas sexuales incrementar el riesgo de autismo?

El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que compromete la funcionalidad social y las habilidades comunicativas de quien lo padece, generando comportamientos repetitivos, actitudes agresivas y tendencia al aislamiento. Según datos recopilados por la Cambridge University, Reino Unido, por cada niña con autismo hay tres niños que comparten esta condición, lo que lleva a pensar que los niveles séricos de hormonas sexuales podrían ser factores determinantes en la presentación y progresión de la enfermedad.

Considerando esta posibilidad, investigadores de ese centro educativo decidieron hacer un seguimiento a 70 mujeres embarazadas. El estudio comenzó en el año 2004 y concluyó en 2014. El seguimiento incluyó la medición de los niveles de testosterona intrauterinos en cada una de estas mujeres, en distintos períodos de su embarazo, y la posterior cuantificación anual de la hormona en la sangre de sus hijos.

Adicionalmente, se solicitó a las madres diligenciar un formulario en el que evaluarían el desempeño social de sus hijos, centrando su atención en aspectos como la curiosidad, el contacto visual y la interacción social. Cabe resaltar que ninguno de los 70 niños producto de estas gestaciones fue diagnosticado con autismo, pero si se encontraron comportamientos sociales inapropiados o insuficientes en aquellos en quienes se cuantificaron los niveles de testosterona más altos.

Con base en estos resultados, un grupo de neurocientíficos de la Georgia Regents University en Augusta, GA, Estados Unidos, decidió estudiar a trece niños con diagnóstico confirmado de autismo y compararlos con un número igual de voluntarios sanos, con el propósito de cuantificar la presencia de la enzima aromatasa en su tejido cerebral y la concentración de receptores de estrógenos ERB. La aromatasa se encarga de transformar la testosterona en estradiol, el estrógeno más potente.

El análisis se realizó con muestras obtenidas por biopsia de tejido cerebral. Al contrastar los hallazgos histológicos de los voluntarios sanos con los arrojados por los pacientes estudiados, se concluyó que la expresión de ARN mensajero que codifica para el receptor ERB, fue 35% menor en todos los pacientes autistas, en tanto hubo una deficiencia de 38% en los niveles de aromatasa, con respecto al grupo control.

El Dr. Anilkumar Pillai, líder del grupo académico, concluyó: “una buena alternativa para tratar a los pacientes con autismo sería la administración de medicamentos moduladores de los receptores de estrógenos y de la aromatasa, eso es lo que nos permite postular nuestro estudio. Se requiere ampliar la investigación para incorporar esta opción a la práctica diaria, pero vamos por muy buen camino”.